EL PODER DE LA LENGUA

Dios te ha dado un poder sobrenatural en tu lengua, pero la lengua debe ser gobernada por Dios para cumplir los planes que Él ha preparado para ti.

Así también la manera en que manejamos la lengua es un gran indicador de nuestros corazones ante Dios. Santiago 3:1-18

La Biblia enfatiza que lo que decimos es una indicación precisa de lo que hay en nuestro corazón. Si tus palabras bendicen y animan a otros, dan testimonio de un corazón compasivo. Si a menudo compartes las buenas nuevas acerca de Cristo, si demuestras un corazón que está agradecido por tu propia salvación o cuando están en crisis, ¿saben que pueden venir a ti y encontrarán paz y consuelo en tus palabras?, u ¿ofreces con frecuencia oraciones por los demás?, tal vez ¿te preocupa el bienestar de los demás?, o ¿tus palabras y la manera en que las dices revelan un corazón paciente?,   todos estos comportamientos indican un corazón que es como el corazón del Padre.

Las palabras nos delatan. En Santiago 3:1-18 vemos que la lengua tiene poder; que es por naturaleza hipócrita; y que sólo puede ser transformada desde arriba, necesitamos sabiduría de lo alto para usar las palabras sabiamente. Nuestras palabras están llenas de bendición cuando el corazón está lleno de bendición. Debemos llenar nuestros corazones con el amor de Cristo, para que sólo la verdad y la pureza pueden salir de nuestras bocas.

Que el poder de la lengua y de nuestras palabras sean usados por Dios para manifestar el poder de nuestra fe.

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